LOS FINES Y OBJETIVOS DE LA LEY GENERAL DE EDUCACIÓN.
Reflexión 15 años después.
La Ley General de Educación está fundamentada en la concepción auténtica de la persona humana y de su dignidad y ambientada en un marco de amor y veneración por la identidad nacional.
Así lo declara en sus fines y objetivos. Es notable que en
su elaboración participaron personas que tenían una buena formación académica,
cultural, moral y de alta sensibilidad ante las vicisitudes de la persona
humana.
En la ley se refleja ese espíritu: toma en cuenta todos los
aspectos de la educación para lograr una formación integral de una manera
progresiva. Por eso es que define los distintos tipos de educación y las
políticas de acceso a la Educación. No todas las personas tienen las mismas
oportunidades, aunque todos tenemos los mismos derechos y deberes.
Sin embargo, la tendencia es lograr que todos tengan acceso
a la educación, cada uno según sus posibilidades, y tener la aspiración de
que el mayor número de personas tengan
esas posibilidades.
En resumen, pienso que la ley está elaborada con la mejor de
las intenciones.
Pero una cosa es la elaboración y la intención y otra, muy
distinta, la aplicación. No precisamente la aplicación basada en un
"Reglamento para aplicación de la ley General de Educación" que
surgió al poco tiempo de promulgada la ley, sino en la aplicación efectiva por
parte de las autoridades del ramo, de los equipos docentes de los centros
escolares, de los padres de familia y de los educandos en general.
La influencia de la globalización y de las costumbres
fuertemente arraigadas en el pueblo, hacen difícil una correcta aplicación de
la ley. Es por eso que vemos frecuentemente como se violan los más
fundamentales derechos humanos, y no se alcanzan los objetivos de la ley. Se
impide, casi sistemáticamente que haya personas que tengan acceso aun a una
educación informal. Las mismas autoridades, que deberían velar por la
aplicación de la ley, no se preocupan que las instalaciones de los centros sean
dignas y de acuerdo a los fines que se
propusieron al elaborar la ley.
Y si nos fijamos en la preparación de los maestros, Si no se
llega a una verdadera formación integral, son ellos los que no rinden
profesionalmente, fallan en el trato con los educandos y ello va en detrimento
de la calidad de la educación.
¿Dónde quedan los fines? ¿Dónde quedan los objetivos? ¿Dónde
quedan los esfuerzos hechos para diseñar un plan integral de educación? Todo
queda en el papel. ¿Y las autoridades? Bien, gracias. Haciendo un sinfín de análisis
y ofrecimientos y muy pocas soluciones,
y éstas, defectuosamente realizadas.
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